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Conoce a Silvia, la fundadora de Panambi

Actualizado: 2 ago


Desde que era niña, siempre me encantó el bosque. Nací en Lausana, una ciudad en la parte francófona de Suiza. Cuando tenía seis años, nos mudamos al campo en la parte germanófona de Suiza, en el borde de una zona agrícola.


Allí pasaba horas y horas cada fin de semana, con mi perro, deambulando por el bosque y sintiéndome segura y feliz.


Pasé muchos años de mi vida profesional como empresaria en el área de consultoría en IT y desarrollo organizacional. Publiqué varios libros técnicos sobre protocolos de Internet. Esto me abrió las puertas a interesantes trabajos de consultoría en grandes organizaciones internacionales.


Hace algunos años, viajé a Lima, Perú, para hablar en una conferencia de Internet. Fue mi primera estancia en América Latina y me enamoré de inmediato, no solo de Perú, sino de toda América Latina. Decidí que algún día quería volver y tomarme el tiempo para explorar estos países y culturas. Y como saben, los grandes sueños tienden a manifestarse. Así que hoy tengo dos hogares, uno en Suiza, donde nací, y otro en Paraguay, donde la vida me ha llevado.


Hoy me considero muy bendecido por poseer una selva tropical en Paraguay y poder participar en la reforestación. Paraguay ha perdido alrededor del 80% de su selva tropical en los últimos 50 años. Se necesita acción.


Vivimos tiempos locos. Supongo que la mayoría de ustedes estarían de acuerdo. Ante todas las incertidumbres, esto puede resultar muy estresante. Conectar con la naturaleza y con el bosque es uno de los mejores remedios para mí. Y la naturaleza y el bosque pueden ser grandes maestros a la hora de enseñarnos cómo vivir en sociedades más sanas y crear organizaciones más naturales y que apoyen la vida. Si quieres saber más sobre esto, mira el vídeo de Erwin Thoma en la sección "Recursos".


Vagar por el bosque me hace sentir centrado y centrado. Pone las cosas en perspectiva y me ayuda a afrontar la vida loca y la velocidad del cambio.


Cuando camino por el bosque me siento feliz, siento que los árboles me hablan y me abrazan. Y la selva tropical tiene una energía muy profunda y fuerte, diferente a la que conozco de los bosques suizos.


Si no conoces esa sensación, te invito a que vengas a visitarnos. Experimentalo por ti mismo. Es indescriptible.

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